Poesia, pensamientos y reflexiones.
El desván del poeta.
-No quiero que broten tus lágrimas
por el dolor ausente del cuerpo.
prefiero que sigas, hermana,
nombrándome como en los viejos tiempos.
Tú y yo seguiremos unidos
en la voz del viento encantado,
en la luz de un ave y sus trinos
y en el eco de un sueño apretado.
Recorrimos tantas aventuras
siempre tomados de la mano,
que no puede la Parca y su negrura
separar los dedos de tu hermano.
En el rostro del hijo de ésta tierra
verás mi sangre de Canario
y en el titilar de una estrella
mis ojos te han de ir acompañando.
Así que, ¡Vale, mi niña, ya no llores!
acostumbra tu ser a otra estampa
pues no existe ni el dolor de los dolores
que haga llorar a una guanche de mi raza.
Si venimos a sufrir, ¡Pues adelante!
y con sonrisas mojándonos la cara
que por algo somos hijos de Cervantes
e hidalgos de la brava España.
¡Vamos anda, a continuar la marcha
hasta la meta final del paraíso!.
Mentón erguido, la frente alta
y en el amor…¡Por siempre unidos!-
Luego la voz se llamó a silencio
Y se alejó del hueco de mi almohada.
Solo quedó este sabor a cuento
Y la foto de mi hermano entre mis palmas.
Mely Bethencourt
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Gracias Duende por tus palabras. Es probable que este tema nos una desde la poesía y desde el dolor. Sé bien que hace poco pasaste por tan duro trance de perder un hermano. Tu destacas mi poema y lo agradezco, y yo destaco tu fortaleza para seguir adelante por sobre el duelo. La vida nos pone a prueba todos los días y encuentro que tus obstáculos siempre son bien sorteados. Te felicito
Muchas gracias Matilde, por venir y dejar el perfume de tus palabras
Gracias Laura Lopez. Me llena de orgullo saber que este triste poema ha tocado la fibra sensitiva que nutre a todo poeta.
Juan Antonio, gracias por tus amables palabras. Es verdad, mi hermano ya no está, pero yo lo sigo llevando dentro de mí.
Angiemar, es muy dulce de tu parte el venir a mis letras. Gracias por estar siempre
Isabel, gracias por venir y leerme. Te confieso que a veces también lloro cuando releo este escrito.
Es un gran honor, Diana, el que me brindas al leerme y verter elogios sobre mis letras. Te lo agradezco mucho
Camila, gracias por leerme. Siento un gran placer al encontrarte en mi melancólico rincón. Abrazos.
Gracias Enrique por dejar tu huella en mis simples versos. Es un gran halago tu comentario
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