¡HERMOSO!
Fue tu amor tan fogoso, capturante, humeante
que mis calderos viudos encendieron el leño
y en un pristino fuego llamarada ondulante
irguiòse esbelta y fina, con antojo sedeño
Y alumbraron mis iris en pupila radiante
tus rutas ambarinas, tu sonrisa y tu ceño
rellenaron de almíbar su paso rutilante
donde habìan àngeles, con estrellas de ensueño
Y te construí en instantes ¡Un palac…