VIDA DE PERROS Llevo varias vueltas y más vueltas sin alcanzarme el rabo, con lo mucho que me molesta esa pulguita y no logro morderla con la furia de mi risa y mucho menos con los círculos concéntricos del adiós desesperado. Ando de patas para arriba rascándome el espinazo, y el gustito es tal, que he decidido vivir con las alfombras a mi favor.
Ser perro es maravilloso. Si la perra no me quier…